viernes, 13 de octubre de 2017

EL PRINCIPIO DEL CAMBIO






El movimiento del cambio para lograr el equilibrio entre la Energía Femenina y la Energía Masculina tienen que realizarlo las mujeres. Los hombres no han podido. Estas tienen que luchar por el derecho que le fue arrebatado y que ella cedió voluntariamente. Las mujeres están empezando a organizarse y son ellas las que deben realizar el esfuerzo y levantarse junto con su eterno compañero de viaje. Así los dos polos reunidos y unificados constituirán la realización del Doble Origen.
Estos movimientos de las mujeres tendrán cada vez más importancia para el futuro, pero no deben ser entendidos como una supremacía de la Energía Femenina sino como el restablecimiento de la justicia.
Esta voluntad de cambio no beneficiará sólo a las mujeres, sino que promoverá el equilibrio en el mundo y eso es necesario para una evolución armoniosa.
Dentro de las mujeres, se encuentran dos tipos de oponentes: una, admiradora de la ley del harén, que dice que no deben alterarse las costumbres antiguas; la otra, indignada con el
pasado, exige supremacía para sí misma en todo y entran en una competencia brutal con los hombres. Ambas tipos están alejadas de la evolución. Las pasadas ofensas de los
hombres hacia las mujeres no se deben ser introducidas en el futuro.
Para que las mujeres puedan producir el cambio deben reencontrar y potenciar sus verdaderas cualidades. La mujer que está despertando se da cuenta de su poder, pero
como todos los principiantes empezó imitando. Los movimientos feministas imitaron a los hombres, cuando en realidad es en la originalidad donde se encuentra la verdadera belleza
y armonía. Las mujeres empezaron a imitar sus hábitos y sus vicios, porque siempre se comienza con lo más fácil. Pero una vez que este primer paso es superado, la mujer puede
penetrar en su conocimiento de los misterios de la Madre Naturaleza y encontrar sus verdaderas y originales formas de expresión. Lo que ahora se necesita es un nuevo
feminismo, un "feminismo espiritual".


 La mujer debe entrar en su propio Corazón, debe aprender a entrar en el mundo sutil, en su reino interior y sólo allí encontrará los verdaderos tesoros de la Madre del Mundo. La mujer debe tomar posesión de sus propias riquezas. Las mujeres deben seguir siendo mujeres y ejercer su Poder, pero no solo en los asuntos humanos sino también en los asuntos
espirituales. Debe ejercer su papel de Sacerdotisa Universal y su espiritualidad debe despertar completamente e iluminar el mundo.
Para ello debe liberarse de todas las tareas serviles e inútiles, con el fin de cultivar su espíritu. Debe dominar sus instintos inferiores y tomar consciencia de su Alma, y a través de un cambio interior, viviendo la vida del Espíritu, obtendrá la verdadera liberación. Las demás liberaciones son sustitutivos, son eslóganes publicitarios que no llevan muy lejos.
"La liberación de la mujer" es la liberación de sus propias limitaciones. La mujer puede alcanzar las más elevadas cimas porque está dotada por la Naturaleza para alcanzar
la pureza. La pureza en su sentido más profundo es el proceso que conduce a la máxima Belleza y al máximo refinamiento de la materia. La pureza del pensamiento es su elevación. La pureza de las emociones es la devoción en el Amor. La pureza del cuerpo es la higiene y la salud. La pureza habita en las cimas, en los estados sutilizados, donde no existe la ignorancia ni la violación de las Leyes Divinas.
En la Naturaleza no existen indicaciones de que la mujer deba estar restringida en su hogar. No existe ni un solo campo en la vida donde la mujer no pueda hacer su aportación, lo mismo que el hombre. Deben dominar todos los instintos que las rebajan al grado de "objeto". Deben ser dueñas de su cuerpo, de sus sentidos, de su mente y de su alma. Las mujeres deben darse cuenta de que su verdadero atractivo es la belleza de su Alma.

Si las mujeres comprenden la necesidad de elevar su nivel intelectual, moral y espiritual, eso le servirá para elevar al hombre y llevarlo con ella. Su destino es ser "inspiradora del
hombre", restaurar la salud de la humanidad llenándola de aspiraciones hacia los grandes logros y hacia la belleza. Pero la mujer primero debe transformarse ella misma.
Es muy esperanzador ver cómo las mujeres empiezan a ocupar puestos de dirección dentro de la sociedad. Allí donde los hombres han fallado en su tarea, allí donde la mente se
ha perdido en la confusión de los principios básicos, la mujer puede aportar una nueva visión de los valores, basada en el concepto del corazón. Ha llegado la hora de que el
espíritu destructor que trabaja para su propia glorificación, por su egoísmo, sea reconocido y corregido. Allí donde fracasan las tentativas de paz impuestas a la fuerza y por la codicia,
las mujeres pueden triunfar mediante la comprensión directa del corazón.


La Nueva Era estará marcada por esta comprensión, traerá la Justicia y la Paz, creará unas rectas relaciones entre los hombres y las naciones. Y en ella se restablecerá el equilibrio entre la cabeza y el corazón, el equilibrio entre las dos llamas del Doble Origen.
Entre el hombre y la mujer debería establecerse una colaboración basada en los más altos valores de cada uno de ellos. Una vez que ambos hayan superado el espíritu de las
conquistas inferiores y una vez que ambos posean la misma educación e instrucción, una vez que ambos se reconozcan como iguales en su creatividad del espíritu y del corazón,
las bases de la Nueva Era se manifestarán.


Los equipos de trabajo y las asociaciones del futuro se establecerán sobre las bases de la afinidad, el valor y la colaboración. Se deben formar grupos acuarianos, para estudiar, buscar e investigar en todos los terrenos y en particular en los de la ciencia. Las mujeres instruidas y educadas constituyen elementos de gran valor dentro de estos grupos de
investigación. Ellas pueden aportar una valiosa colaboración, con el elemento de tolerancia y moderación que raramente se halla en los grupos únicamente masculinos. Pero la mujer
debe permanecer tal como ella es. Ella no puede imitar a su compañero. Por esto, la Madre del Mundo debe ser el modelo para la mujer.

jueves, 12 de octubre de 2017

SIN AMOR Y SIN DIOS NO HAY NADA.




Dios no exige nuestro respeto.
Insistimos en personificar a Dios a pesar de que sabemos
que está mucho más allá de lo que somos capaces de conceptualizar.
Dios no tiene sexo.
Ésa es otra personificación.
Dios no tiene religión.
En el fondo de nuestro corazón todos lo sabemos.
Dios no tiene raza.
Dios lo es todo, una energía de amor que posee una sabiduría
y un poder incomprensibles.
Todos estamos comprendidos en Dios, porque él está en todos y cada uno de nosotros,
es la sustancia de nuestro ser.
Es muy humano desear signos y mensajes inmediatos.
Sin embargo, para escuchar hay que saber hacerlo, y para saber hay que dedicar tiempo a aprender.
Si lo practicas el silencio el viaje interior, si te das tiempo para escuchar y crear el espacio para escuchar, serás capaz de oír.




Serás capaz de ver los signos y recibir los mensajes que esperas.
Al mismo tiempo, desarrollarás el arte de la paciencia.
La paciencia y la oportunidad…
Todo llega cuando tiene que llegar.
Una vida llega cuando uno puede vivirse sin prisas, no puede ajustarse a un calendario.
La vida no tiene final, nunca morimos.
Nunca hemos nacido de verdad.
Lo que sucede es que pasamos por distintas fases.
No existe un final.
Los seres humanos tenemos muchas dimensiones
pero el tiempo no es como lo vemos, sino que se compone de lecciones

que se van aprendiendo.

¿Cuántos años tengo?

Precioso Poema de Autor desconocido




¿Que cuántos años tengo?
¡Qué importa eso!
¡Tengo la edad que quiero y siento!
La edad en que puedo:
Gritar sin miedo lo que pienso…
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso,
o lo desconocido…
Pues tengo la experiencia de los años vividos
y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!
¡No quiero pensar en ello!
Pues unos dicen que ya soy viejo,
y otras “que estoy en el apogeo”.
Pero no es la edad que tengo,
ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón
siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso,
para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos,
rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir:
¡Estás muy joven, no lo lograrás!
¡Estás muy viejo, ya no podrás!
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma,
pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños,
se empiezan a acariciar con los dedos,
las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor,
a veces es una loca llamarada,ansiosa de consumirse
en el fuego de una pasión deseada..y otras…
es un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo?
No necesito marcarlos con un número,
pues mis anhelos alcanzados,mis triunfos obtenidos,
las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones truncadas…
¡Valen mucho más que eso!
¡Qué importa si cumplo cuarenta, cincuenta o más!
Pues lo que importa:
¡Es la edad que siento!
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero,
pues llevo conmigo la experiencia adquirida
y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuántos años tengo?
¡Eso a quién le importa!
Tengo los años necesarios para perder el miedo
y hacer lo que quiero y siento!!.

Qué importa cuántos años,
¿cuántos tengo, o cuántos espero…?
Si con los años que tengo…
¡¡Aprendí a querer lo necesario y a tomar sólo lo bueno!!