miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las Cosas que Agotan la Energía






Identificar los patrones agotantes que causan desbordes de energía es muy importante. Encontramos estos patrones al esperar las reacciones automáticas. Aquí debajo hay algunos tipos de problemas potenciales que debemos verificar.
Las Relaciones: Las relaciones que ya no contienen una lección pueden agotar la energía entonces necesitamos evaluar cuales son las que nos sirven genuinamente.
Nos estamos contrayendo o ampliando en todo momento. Si alguien nos fuerza a contraernos, hay que discernir si esa persona tiene una lección. Si no la tiene, libérate de la relación y sigue tu camino. Si ofrecen alguna lección, la opción suprema es de darle la bienvenida al reto porque si lo ignoramos, se manifestará en otra relación. ¿Te has dado cuenta de patrones que se repiten en las relaciones? La única manera de romper el patrón es de aceptar las lecciones que traen consigo los retos. Las relaciones codependientes causan una pérdida enorme de energía. Es cuando estamos tratando de controlar a los demás estamos tratando de darles gusto. Tratamos de darles gusto a otras personas cuando permitimos que sus expectativas determinen nuestras acciones. Un ejemplo es cuando viene a vernos nuestra madre, trabajamos bien duro porque la pequeña niña dentro de nosotros busca la aprobación.
No solo deseamos controlar a los demás y nuestro entorno, sino que pasamos mucho tiempo tratando de “relacionarnos” con los eventos y la gente.
Si hemos aprendido nuestras lecciones y puesto ciertos límites con las personas difíciles en nuestras vidas, y ellos continúan a sobrepasar los límites que les hemos puesto, es apropiado liberarse de estas personas— aún siendo parientes de sangre. Está bien escoger a una nueva familia que vibra en armonía con quien somos. Otros están esperando para jugar el papel de ser nuestra madre, padre, hermano(a) o abuelo(a), y lo harán desde una posición amorosa y sana.
Las Cosas Ordinarias: Las cosas e interacciones de la vida diaria pueden interferir de una manera adversa con nuestra fisiología y con nuestros campos de energía.
Las siguientes cosas pueden debilitar nuestro campo áureo y hacerlo permeable a los seres de
los niveles más bajos o a la energía negativa:

• El alcohol, las drogas, la nicotina, la cafeína en exceso
• Las cobijas eléctricas, las torres de radio y los abanicos
• Los microondas, los televisores y los teléfonos celulares
• El sexo con una pareja que vibra a un nivel energético más bajo
• Conflictos emocionales y mentales que no han sido resueltos

Las Drogas: Las drogas hacen que no sintamos el dolor, pero también previenen el acceso a la luz. Las personas que usan drogas, incluyendo los narcóticos dentales y la marihuana tienen una espesa mucosa gris en su campo etérico que cuelga alrededor de su cabeza y sobre el corazón. Las drogas fuertes también pueden causar distorsiones en los cuerpos mentales.
Las personas que han usado la marihuana durante mucho tiempo o las drogas fuertes aún solamente unas cuantas veces, tienen glándulas suprarrenales demasiado activas. Esto les empuja a un estado constante de ansiedad porque su cuerpo interpreta los chorros de adrenalina como una respuesta al miedo. Entonces ellos utilizan más drogas para calmarse. El abuso continuo de drogas causa que el sistema suprarrenal se convierta en el dominante, cuando la meta es que el sistema pituitario y el centro del corazón sean dominantes porque esa es la condición natural cuando estamos en equilibrio. Una glándula pituitaria que funciona correctamente nos otorga visiones e intuiciones.

El Ruido: El ruido nos saca del presente momento y nos empuja a un estado de desequilibrio. Es esencial que tengamos silencio. Cuando estamos en un lugar silencioso el chakra del corazón se abre. Esto también permite que nos conectemos a la tierra primordial (una época antes de que hubiera sonidos hechos por el hombre) lo cual tiene cualidades curativas.
El ruido está aumentando diez veces más cada 20 años. Se ha vuelto tan insidioso que muchas personas no se dan cuenta de que están constantemente bombardeadas. Toma nota de tu entorno y ve si puedes conseguir un aumento en el silencio. Verifica tu refrigerador y el sistema de calefacción.
¿Están funcionando los ventiladores? ¿Hace ruido tu reloj de mano? ¿Permites que ladre tu perro constantemente? ¿Hace ruidos tu computadora o te habla? ¿Te llama la atención tu carro con ruidos electrónicos y trompetazos?
Aquellos que están desconectados de sus subpersonalidades no pueden aguantar el silencio. Entran en un cuarto o en un auto e inmediatamente encienden la televisión, el radio o el estéreo. Entran al bosque y se traen consigo la música, afirmando que no se quieren aburrir. En realidad, quieren distraerse para que no tengan que enfrentar el vacío que llevan dentro y que el silencio podría divulgar.

La Sorpresa: La sorpresa agota la energía. Lo inesperado y lo desconocido puede sacarnos fuera de equilibrio, entonces necesitamos acercarnos a las cosas con ecuanimidad. Cuando se te presenta lo inesperado, actúa el juego de “que tal sí” ya lo supiéramos, aún cuando estamos desconcertados.
Sencillamente formamos una hipótesis diciendo, “Esto puede ser verdad,” y después nos esperamos. Esta es una técnica que nos permite ganar tiempo para centrarnos, ver detrás de las apariencias, y discernir si alguna acción se requiere de nosotros. Esto es desarrollar una actitud que constantemente nos permite guardar nuestra energía para que tengamos menos chance de convertirnos en presa de aquellos que quieren robársela. Todo requiere energía, entonces es el recurso más requerido en el universo.

Las Palabras: No podemos definirnos por quien hemos sido. Debemos definirnos por la persona en la que nos estamos convirtiendo, y estamos convirtiéndonos en maestros de la luz. Consecuentemente, no podemos insultar al dios y a la diosa interna al decir cosas despectivas: no soy bueno(a) para las matemáticas; le tengo miedo a los ratones; soy feo(a); o soy terrible en cuanto a la administración del dinero. Eso fue ayer—hay que volver a definirse hoy. Todo el conocimiento está dentro de nosotros. Todos los talentos se encuentran dentro de nosotros. Toda la belleza. Todo el poder.
Observa tus palabras y solamente habla las que te reflejan. [Una buena regla es de nunca darle seguimiento a las palabras “Yo soy/estoy” con algo negativo—incluyendo la palabra “apenado(a)”.]
La Auto-Reflexión
Si nos obsesionamos con el qué, por qué y cómo de cada pensamiento y acción, estamos consintiendo nuestros caprichos. Esto dobla las líneas de energía hacia adentro y nos debilita. El obsesionarse con las preguntas nos traen al presente momento las cargas de momentos que ya han pasado, o sea que no estamos viajando lo suficientemente ligeros para hacer el trabajo pesado de transformación. Por ejemplo, si estás viajando a 70 millas por hora en el tráfico que va en caravana y un camión intenta cortarte el paso, mueves a tirones el manubrio hacia la izquierda y apenas logras meterte con dificultad entre dos autos en el carril rápido. Los pocos segundos que siguen este incidente son sumamente importantes. Si caes en la auto-reflexión y dices, “Caray, ese pudo haber sido un accidente serio. ¡Ese hombre estaba tratando de matarme!” y continúas a rumiar sobre el asunto, estás perdiendo demasiada energía. Por lo tanto, no estarás preparado(a) para el siguiente momento. Veinte segundos más tarde, lo vuelve a hacer. ¿Estás lo suficientemente centrado(a) y listo(a) para responder con autoridad, o sigues estremecido(a) y sintiendo el miedo? El estado en el que te encuentras puede determinar si sobrevives el segundo intento.
La auto-reflexión incluye los momentos en que nos sentimos desgraciados: nadie me hace caso; mi jefe no sabe lo valioso que soy; y nadie me comprende. Es otro aspecto es el darnos etiquetas y compararnos con los demás. Con las comparaciones, si decimos que somos menos que otro, esto equivale a darle culto a la arrogancia de esa persona.
Enderezamos las líneas de energía al aceptar la vida con conciencia en el momento. Esto causa que la energía alrededor de nuestros cuerpos brille hacia afuera. La persona egocéntrica que constantemente pone sus esfuerzos en la auto-reflexión, dobla estas líneas de energía hacia adentro.
Esto causa el deterioro y eventualmente la muerte.

Tomado de Una vida de Milagros

Dra. Irma latorre