FECUNDACIÓN
CONSCIENTE Y CONCEPCIÓN SAGRADA
Solo la mujer
puede cambiar el mundo. Solo la mujer puede traer niños al mundo
Solo la mujer
puede traer la edad de Oro, trayendo al mundo niños Celestes.
"En el instante de la fecundación
tiene lugar uno de los fenómenos más extraordinarios que encierra el secreto de
la Creación. El óvulo y el espermatozoide corren hacia su encuentro pero, al
mismo tiempo, proveniente de otra dimensión llega un tercer personaje a la
cita: El Alma a punto de encarnar. "J. L. Cabouli.
En el momento de la concepción se crea la
primera célula con el ADN, la identidad del nuevo ser. En este primer momento
quedan registradas las influencias genéticas, las peculiaridades de la familia
a la que pertenece y el Amor, la Alegría o el Miedo, la Violencia... que se
viva en el acto sexual.
Dentro de ti hay un ser con su propia
personalidad, ideas, intenciones y lecciones a aprender en esta encarnación que
apenas empieza.
Conectarse desde antes del parto con este
magnífico ser te ayudará a comprenderlo mejor, a entender porque te ha escogido
como madre, como ayudarlo a Ser y Hacer aquello que su alma tiene previsto,
como convertirse en un Ser de Luz encarnado.
Ayúdalo a crecer y crece tú en el proceso.
Despierta a una nueva realidad. Descubre aquello que tu hijo/a viene a
ofrecerte y enseñar. Un buen vínculo entre dos seres es el camino más fácil
para desarrollar todo el potencial que traemos dentro, para aprender desde el
amor.
Nueve meses
antes de la concepción el alma elige a su madre y a su padre por su vibración.
En este momento empieza la maternidad y la paternidad y la magia de la
encarnación de un ser.
La
concepción consciente significa para la mujer y el hombre abrirse conscientemente
en amor ya meses antes de la concepción y sobre todo en la fusión sexual para
invitar al alma que busca padres
para encarnar como hijo de esta pareja.
‘’ Cuando una mujer ama a un hombre,
ella tiene el poder de elevarlo o de bajarlo. Mujeres: ¡Introduzcan luz en las
mentes de sus maridos!’’
Hay una Institución
divina: el padre y la madre. El hogar es la primera institución sobre la
tierra. Más noble y elevada administración que la del hogar, no existe. Y más
elevados nombres que madre y padre no los hay. En relación con el mundo
orgánico, el padre y la madre tienen un papel muy importante.
Mediante su sangre
transmiten a sus hijos las cualidades de sus almas. La educación del niño está determinada por las cualidades que la madre
introduce en él desde la más temprana edad. Cuando digo sangre no me refiero a
la sangre ordinaria, sino a aquella que en todos los casos en la vida permanece
inalterable.
La única fuerza que
puede arreglar el mundo es el amor. Por eso el hombre no debe
casarse con una mujer que no ama. Lo mismo debe hacer la mujer. El niño debe
nacer del amor de su padre y de su madre. Un niño nacido del amor es
un niño de luz y del nuevo tiempo.
Ningún verdadero
hombre nace por casualidad. Por ejemplo, se supone que el primer hombre fue
creado en el día del primer equinoccio, cuando las condiciones fueron
favorables y armónicas. Así todos los artistas, músicos, escritores y grandes
científicos tienen que participar en la creación del hombre.
El mundo necesita de
hombres nuevos que trabajen para su rectificación y elevación. Y esto depende
de la mujer; ella es el factor interno que debe aprovechar correctamente todas
las condiciones externas favorables.
El hombre y la Mujer son arquetipos opuestos de la manifestación del
espíritu. Ambos han encarnado en un determinado sexo porque han venido a
aprender algo. Para que ese aprendizaje se lleve a cabo es necesario que se
encarnen en uno u otro sexo. El hombre y la mujer son complementarios para que
la vida pueda tener una forma de expresión. Se necesita de la dualidad, de lo
blanco, de lo negro, de lo frío, de lo caliente, de lo activo y lo receptivo…
para que la vida cobre forma para que se cree una tensión que dé lugar al
movimiento, la acción.
Como en el caso de la concepción, por ejemplo, ambos cuerpos, el del
hombre y el de la mujer, han de ser estimulados no solo desde el plano físico,
sino también en el plano emocional, mental y espiritual. Esta unión es la unión
de dos almas complementarias, que deciden evolucionar juntas. Deciden emprender
un viaje juntas hacia la paternidad y la maternidad. Así cuando dos personas del
sexo opuesto deciden engendrar un bebé han de lidiar con un montón de factores
que pueden dificultarles para concebir. Debemos ajustar nuestros cuerpos:
físico - llevar una alimentación equilibrada, enfocando su mente hacia la salud
y el bienestar (para esto el control mental y la visualización creativa puede
ayudarnos) y por último a nivel espiritual
preparándose para encarnar al espíritu, llevando cada situación al punto
de que se cumpla la voluntad del espíritu y esta siempre opera para el mayor
bien de todos.
Cuando decidimos ayudar a un alma a encarnar debemos tener en cuenta que
es el espíritu del ser que ha de encarnarse, es el que decide los padres.
El nuevo ser sabe que cosas viene a trabajar y trabajarse en este plano
de existencia. Por eso como padres es vital entender que tu hijo necesita de ti
para que le guíes en su nueva vida, para que le conduzcas hacia el conocimiento
del propósito de su vida. No podemos
decidir por nuestros hijos, debemos permitir que desarrollen su instinto y su
voluntad de discernir.
Por eso si comenzamos a entablar comunicación con esa alma antes de que nazca,
podemos escuchar y sentir a ese ser, podemos permitirle la libertad de venir
cuando sienta que es el momento apropiado. Nuestro hijo quiere venir, necesita
venir con el amor y el respeto necesarios por su vida, por su espíritu. Ahora
tenemos los medios para decidir desde nuestro ser si queremos ser padres o no,
sea lo que sea lo que decidas, hazlo con consciencia.
El que viene está conectado con ustedes dos, los padres. Puede sentir lo
que tú sientes, si le amas o le rechazas, si les resulta una carga o es una
bendición en sus vidas. Por eso el ser padres implica tu total entrega a tu
papel de educador, de guía, de amigo incondicional hasta el resto de tu vida
hacia ese ser que se encarna, apoyarle con amor en todos sus procesos
evolutivos. Además este nuevo ser sostendrá dos linajes genéticos, los paternos
y los maternos. Puede que encarne más los de un progenitor que de otro, eso
depende de la fuerza de esos genes, si son o no predominantes.
En definitiva este nuevo ser se parecerá a ti pero viene con algo más,
algo que le es regalado, por eso cada uno de nosotros somos únicos e
irrepetibles. Tu hijo es un espejo donde tú te miras y te muestra las cosas que
debes sanar.
En el acto de la concepción ocurre la magia. Ambos padre y madre moldean el
nuevo ser con sus pensamientos, con sus miedos y con sus ilusiones. En el caso
de la madre, al estar adherida a su bebe durante 9 meses y los 7 primeros años
a su hijo. Es de vital importancia que, como madres, sepan encarnar su papel de
la forma más amorosa y armoniosa que puedan. Cuando un bebé nace en un
hospital, bajo fármacos, de forma tediosa, en tensión, es una experiencia
traumática tanto para el bebé como para la madre. La forma natural de parir es
en cuclillas, rodeada de personas que te quieren de verdad, que te facilitan un
entorno seguro y cálido para el nacimiento de tu hijo. Las Dulas mujeres que
asisten a las mujeres en el embarazo y en el parto, están haciendo con esto un
trabajo maravilloso.
El parto es un acto de Renacer, una iniciación para la madre y para el
hijo en un primer lugar, para el padre le implica aceptar que el amor ha de ser
compartido en el núcleo familiar. Este cambio ha de tomarse con madurez y con
consciencia, es un ciclo más de nuestra vida. Pasamos de ser hombres y mujeres
a ser PADRES. La crianza también debe proveer calor y seguridad al bebé, los
co-lechos no son una moda de hippies, dormir con nuestros hijos les rodea de un
halo de seguridad amor y confort necesarios para el crecimiento sano del bebé. Concebir
con consciencia, con ganas, con amor incondicional para el que llega. Nos abre
una puerta a entender que la existencia en sí, es una magia y un misterio
constante cuyas claves están dentro de nosotros. Tu hijo es un espejo tuyo que
ha venido a enseñarte que estando en el amor y la paz, tú sacas lo mejor de ti.
Tu hijo no es de tu propiedad. Permítele que crezca en libertad con un adulto
maduro o más como referente. Ambos padre y madre han de encarnar su femineidad
y masculinidad equilibradamente. Si no hemos tenido buenas experiencias con
nuestros padres debemos perdonar y sanar las heridas, si no, estamos condenados
a repetir los mismos patrones. Esta programación mental, puede impedirnos
concebir ya que en nuestro fuero interno tenemos miedo a enfrentar la
paternidad pues en nosotros hay un programa negativo al respecto. Aun
arrastramos miedos ocultos.
Cuando hombre y mujer se reconocen en
espíritu crean el marco ideal para crear una familia. Una familia es un
sistema, donde cada uno ocupa su lugar. Los padres deben servir de modelos a
los hijos. Estar en nuestro propio equilibrio emocional es necesario para
criarlos en armonía.
En las grandes ciudades la crianza se dificulta aún más, debemos crear
modelos de crianza adaptados a cubrir las necesidades de nuestros hijos.
Combinar trabajo y crianza solo es posible cuando permitamos la energía de la
colaboración mutua. Este espíritu de colaboración es propio en las mujeres, por
eso, es bueno que las mujeres se junten y compartan sus experiencias, que se
ayuden unas a otras. Esta ayuda siempre ha venido generacionalmente, de abuelos
a padres de madres a hijas y de padres a hijos. Es necesario crear un nuevo
modelo de crianza que beneficie a toda la comunidad.
Nuestros hijos piden que seamos maduros, conscientes, para que puedan tener una
buena base para desarrollarse. Algunos niños son auténticos maestros para sus
padres. Ser humildes ante nuestros hijos cuando estos nos enseñen algo, cuando
nos han abierto una puerta a la sanación, nos permite comunicarnos con ellos
desde el amor y del respeto. Educación no significa control, educar significa
guiar. Escuchar a sus hijos, ellos no son tontos por ser pequeños, solo
necesitan de ti tu calor, tu amor, y confianza para que puedan desarrollarse
con equilibrio. Ellos entienden y experimentan su realidad a un nivel
instintivo, de supervivencia. Ellos sienten cuando tú tienes dolor o rabia,
ellos son UNO contigo, por eso cuando tu hijo llora puede ser por varias
razones: porque tiene hambre, porque esta incómodo, porque tiene sueño, porque
está asustado o porque percibe lo exterior y no tiene aun su mente para
discernir si expresarlo o no, él expresa sin más sus necesidades, si algo va
mal. Cuando tu hijo llore y no sepas porque mira a ver cómo estás tú. ¿Estás bien?
Algunos seres que están encarnando es este momento vienen con un código
genético con un número mayor de hélices.
Berrenda Fox,
Médico Científica genetista estadounidense, ha investigado en su centro del
Mount Shasta California, los genes de algunos niños que están naciendo en los
últimos años y ha podido constatar científicamente que estos niños superdotados
tienen un ADN más evolucionado, que estos niños representan el cambio evolutivo
que está teniendo la especie Humana. La mutación de nuestra especie nos ha
llevado a ser como somos hoy en día. Y el resultado de esa evolución todavía no
es conocido por nosotros. Afirma Berrenda Fox en una entrevista que le hizo
Patricia Resch.
Algunos de estos niños sometidos a estudio por la doctora Fox, mueven objetos
con la mente y tienen el don de la telepatía.
Desafortunadamente estos niños no pueden integrarse en la sociedad, ya que la
mayoría no estamos preparados para aceptar estas habilidades. Si estos niños no
son debidamente atendidos, en manos de profesionales conscientes, pueden tener
muchas dificultades para adaptarse a este mundo, dado el grado de sensibilidad
extrema que experimentan. En la década de los 70, miles de seres encarnaron en
la tierra con un grado de evolución mayor, estos niños son los conocidos niños
Índigo, por el color azul que predomina en su aura o campo electromagnético.
Para muchos de ellos la escuela ha sido un martirio y mucho han soportado altos
niveles de sufrimiento, son niños artistas, niños despiertos que quieren saber,
que dicen lo que piensan y sienten y no toleran la mentira y el engaño. Vuestro
hijo representa la acción manifestada, la unión del yin y el yang creando, en
acción. Moldead a vuestros hijos en la compasión, el respeto y el amor
incondicional. Pasa tiempo con ellos, observa su crecimiento, potencia su
creatividad y sobre todo refuérzale en la idea de que la tierra es nuestro hogar,
que este hogar es un hogar de amor, de paz y de abundancia para todos los
seres.
Si el nacimiento es un importante proceso que exige
nuevas y favorables condiciones, no menos importante es la fecundación y la
gestación. La mujer de la nueva cultura debe educar a sus niños antes de que
nazcan, mientras está en su vientre.
Allí el niño tiene
todas las condiciones para recibir, y después de su nacimiento pedirá
condiciones para elaborar lo que ha recibido. Es por eso que la vida mental de
la mujer encinta no se debe descuidar.
La más preciosa
literatura debe ser su alimento mental. La vida de los grandes hombres debe
impulsar sus pensamientos. Bella y elevada poesía, bella música y canciones
deben sucederse alternativamente.
La mujer-madre
necesita calma y silencio, tanto como lo necesita la naturaleza para ejecutar
en ese tiempo un acto creador: la creación de un hombre. Si se desea que el
fruto del árbol sea bueno, hay que crearle condiciones y luego dejarlo en manos
de la naturaleza. Lo mismo vale para la creación del hombre. Para que éste sea
bueno e inteligente, debe fecundarse y desarrollarse en condiciones especiales.
Para esto, se necesitan tres importantes momentos: propósito, medio y logro.
Todo esto lo encontrarán en la naturaleza inteligente. Sólo ella es salud,
belleza y pureza.
Los
talentos dependen del amor. Si la madre tiene amor podrá concebir un hijo
grandioso y genial. Cuando una madre quiere concebir algo semejante, tiene que
prepararse para ello con plena conciencia de su misión. Nadie podrá crear una
elevada idea si sólo se ocupa de las pequeñeces de la vida. La gente, por sí misma,
tanto puede crear ideas elevadas, como ideas ordinarias.
La madre es como un
manantial y lo que mana de ella penetra en el niño: es decir que lo divino que
está en ella se transfiere al niño. Este intercambio no sólo
es externo, sino interno. La madre juega un papel muy importante, no sólo en él
crea la forma, sino en el mundo de los pensamientos y los sentimientos.
Ella no sólo crea la
forma, sino que introduce en ella contenido y sentido. Se efectúa una
transfusión entre el alma de la madre y el alma del niño.
Si la mujer embarazada ha sido animada por grandes
ideas hacia la humanidad, aún en el estado de gestación transmitirá a su hijo
esas cualidades. Ella es como Dios para el niño y puede hacer del barro lo que desea.
Una vez que el niño ha salido del vientre, ya es independiente en sus pensamientos
y sentimientos. Por eso, si la madre introduce en el niño todas sus cualidades
de amor y sabiduría durante los nueve meses de gestación, su hijo tendrá una
buena disposición hacia ella y durante toda su vida estará dispuesto a
sacrificarse por su madre.
La mujer embarazada
debe nutrirse con alimentos específicos, además de puros y elevados pensamientos,
sentimientos y actos. Sólo de esta manera podrá beneficiar a su hijo. El
alimento que ingiere la mujer encinta y la manera
como la recibe, tiene gran influencia sobre el
niño que ha de nacer. Sobre esto se han hecho muchos experimentos llegándose a
la conclusión de que el alimento es uno de los grandes factores para el
bienestar físico y espiritual del niño.
La leche materna
tiene gran importancia. Cuando el niño toca el pecho de su madre, en él penetra
una influencia benéfica, no sólo debido a la leche que toma, sino a la fuerza
magnética que emana tanto del pecho izquierdo como del derecho de la madre. Si
el niño es alimentado por otra mujer, este efecto no puede producirse. Sólo de
la madre se irradia esa fuerza que es beneficiosa para el niño. Por lo tanto,
cuando la madre de lactar a su hijo, debe tener una buena disposición y no ha
de irritarse por nada. La leche materna contiene fuerzas inteligentes que no se
encuentran en ningún otro alimento. Si la madre da de lactar al niño durante
tres años, en tal período ha de vivir una vida pura, sin permitir ni un solo
pensamiento negativo en su mente. Que se le quemó la casa, que la abandonó el
marido, ni aún así debe perturbar su paz. Durante los tres primeros años
permanecerá tranquila y silenciosa.
Si la gente
comprendiera la importancia que tiene la preparación de la comida que consume,
podría influenciar sobre su auto educación. Cada madre debe tener esto bien en
cuenta cuando educa al niño. Hasta los siete años de edad el niño sólo ha de
comer alimentos preparados por su madre.
En ese caso, las aves
sirven de ejemplo. Mientras los pichones crecen, la madre y el padre les llevan
continuamente el alimento. Una vez criados, los pichones pueden ocuparse de
ellos mismos. Las aves han resuelto la vida familiar mucho mejor que los
humanos.
La madre, durante su embarazo, puede comunicar todas sus cualidades al
hijo. Si, durante su embarazo, se entusiasma por la música, por la poesía, por
el arte, puede comunicar todo eso a su hijo. Pero puede, también, producirse lo
contrario. Si por el alma de una mujer encinta, pasan emociones de odio, de
envidia, todos estos sentimientos pueden ser, también, depositados en su hijo.
Por consiguiente, Dios, cuando quiere depositar sus virtudes en nuestra alma,
puede depositarlas, pero nuestra alma debe ser puesta en las mejores
condiciones para recibir estas virtudes.
El hijo, no sólo debe nacer, sino que es preciso que todos los órganos de
su cuerpo estén bien construidos, a fin de que, cuando este hijo nazca, sus
órganos puedan funcionar correctamente para recibir las fuerzas de la
naturaleza y trabajar de acuerdo con la voluntad divina. Por eso, debemos
aceptar el hecho de que Dios, que está entre nosotros, nos diga esto: "He
creado para vosotros las mejores condiciones de la vida."
La
madre que desea traer un hijo diferente y espiritual al mundo, primero, se
purificará, lo mismo que el padre, antes de crear el hijo. Expulsarán, quitarán
todas las energías negativas que se hallan dentro y fuera de ellos por la
continua vivencia en el mundo material, para que no participe en la concepción,
y, después, consagrarán al hijo a la Divinidad para que este germen sea tomado
por las fuerzas espirituales. Pero los padres y las madres
no lo hacen. Con las capas malas que hay extendidas por todas partes, no es de
extrañar que los hijos tengan problemas al nacer. En el pasado ya tenían estos
conocimientos, pero se borraron, y, ahora, crean en la ignorancia y la
oscuridad. Por eso, los hijos nacen con debilidades variadas, con estados psicológicos
complejos. ¿De dónde ha sido llamado este hijo, por haber nacido así? Es que
los padres no estaban vigilantes.
LA
PREPARACIÓN DE LA PAREJA PARA CONCEBIR UN SER SUPERIOR
LIMPIEZA ENERGÉTICA DE LOS PADRES ANTES
DE LA CONCEPCIÓN
RITUAL DE CONCEPCIÓN SAGRADA
DURANTE
LA GESTACIÓN LA MADRE PUEDE APORTAR AL NIÑO ELEMENTOS CELESTES
ENCARNACIÓN
DEL ALMA
BIOGRAFÍA
POR: DRA IRMA LATORRE G.
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